El Palmeral

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El Palmeral

— El Palmeral

El Palmeral de Orihuela, se halla en las proximidades del Barrio de San Antón, en las afueras de la ciudad, al pie de  las estribaciones más orientales de la Sierra de Orihuela:  el Monte de San Miguel, El Oriolet y La Muela. 

El Palmeral es de planta aproximadamente fusiforme. Una de sus peculiaridades más significativas es  la  proximidad  de  la sierra, que  le protege de los vientos del  norte y poniente  y  con   cuya masa forestal entra prácticamente en contacto. No se trata de un bosque o conjunto desordenado de palmeras,  es una creación humana, donde las palmeras se distribuyen a lo largo de los márgenes de campos, caminos y  cauces  de riegos.

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El palmeral constituye un interesante sistema agrícola de regadío intensivo, característico de los oasis del Norte de África, aunque en el caso del palmeral oriolano, su origen parece ser más tardío. El aprovechamiento de la tierra es máximo al producirse cultivos en dos y hasta tres pisos o alturas: el piso inferior lo forman herbáceos y hortalizas, el intermedio frutales y el superior las palmeras datileras.

El sistema de riegos del palmeral es de origen islámico. Como en el resto de la Huerta de Orihuela se basa en la existencia de dos tipos de  cauces:

♦ Cauces de aguas vivas, formados por acequias  mayores, arrobas, brazales e hilas que distribuyen el agua tomada del río.

♦ Cauces  de aguas muertas constituido por azarbes mayores, azarbetas y escorredores que drenan el terreno, recogiendo los sobrantes y devolviendo el agua al río. En el caso  del palmeral  el aporte de aguas para riego se producía principalmente a través  de la Acequia del Escorratell  y del Azarbe de las Fuentes, hoy en día también por el caudal de varios pozos. Para una mayor eficiencia del sistema se utilizaron diversos aparatos elevadores de agua como cenias y bombillos de pié.

Tradicionalmente se ha aprovechado todo en la palmera:  desde el tronco para vigas y bancos; las hojas o palmas para la fabricación de escobas y la realización de cercas y cobertizos, o bien como palma blanca (una vez decolorada con azufre) para la fabricación de las palmas del Domingo de Ramos y también en cestería; los dátiles ya sean crudos o adobados en vinagre para el consumo humano, al igual que los brotes tiernos o palmito, manjar típico en las Ferias de San Antón y San Sebastián.